martes, 2 de agosto de 2016

Prebióticos y probióticos, descubre sus diferencias

Nos venden tal cantidad de productos supuestamente enriquecidos con prebióticos y probióticos que al final ya no sabemos exactamente de qué estamos hablando y si hay realmente alguna diferencia entre unos y otros. Incluso puede entrarnos la duda de si realmente son productos beneficiosos para el organismo o si por el contrario solo es una manera más de vendernos cosas.
Para empezar, hay que recordar que en el intestino del ser humano viven una gran cantidad de bacterias y de microorganismos que se encargan de ayudarnos a la digestión de los alimentos. Estos organismos son los que descomponen los diferentes nutrientes para separar aquello que el cuerpo puede aprovechar y que acaba absorbiendo, de lo que no sirve o no podemos digerir, que es eliminado.
Estos microorganismos son muy sensibles y en algunas ocasiones, debido a la ingesta de antibióticos o de otros medicamentos o a una dieta poco equilibrada, entre otras cosas, pueden llegar a mermarse. Al suceder esto, la digestión no se realiza del modo correcto y podemos o bien estar perdiendo nutrientes o bien tener problemas digestivos.
Para reponer estos microorganismos podemos hacerlo ingiriéndolos directamente. Son los conocidos probióticos, microorganismos vivos y que se han demostrado beneficiosos para el ser humano. Esto es totalmente necesario para que un producto pueda comercializarse como probiótico o que contiene probióticos.
Los probióticos se pueden consumir directamente, en formato de cápsulas, por ejemplo, ayudando así a repoblar el intestino y a reparar su flora. El chucrut, el chocolate negro o el kéfir son probióticos naturales. También se pueden consumir alimentos a los que se han añadido probióticos de manera artificial.
Si lo que se desea es cuidar la flora intestinal contribuyendo a que las bacterias beneficiosas no se pierda y que además aumente su número, entonces lo que debemos de tomar son prebióticos, unos hidratos de carbono que el cuerpo humano no puede digerir pero que sirven de alimento a estos microorganismos benéficos.
En resumen, podríamos decir que si se tiene un problema de flora intestinal, lo primero que hay que tomar son los probióticos y una vez que se han recuperado estos microorganismos se pueden tomar periódicamente prebióticos para asegurarnos de todo está correctamente y garantizar una correcta salud intestinal.

Los prebióticos también se pueden consumir de manera natural, el salvado de trigo, la alcachofa, el puerro o el plátano son prebióticos naturales, o se pueden tomar alimentos enriquecidos con los mismos.

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