martes, 24 de octubre de 2017

Caminar sin dolor es posible

 A todos nos encanta estrenar zapatos o salir a pasear cuando hace buen día. Pero un roce en la piel puede convertir un día especial en un suplicio. Quienes son propensos a sufrir este tipo de problemas saben lo mal que se puede llegar a pasar.
Y no ocurre solo cuando se estrenan zapatos, los corredores saben muy bien lo que cuesta cambiar las zapatillas. Si ves a alguno luciendo un calzado deportivo que parece haber pasado décadas en los pies no lo juzgues, a saber cuánto esfuerzo le habrá costado domar esas zapatillas y la pereza tan grande que le dará tener que empezar de nuevo con otras.
En el buceo y otros deportes de mar las aletas pueden ser una verdadera pesadilla. La goma dura muerde el pie incluso con escarpines y puede causar todo tipo de heridas que, en contacto con el agua salada, escuecen todavía más.

Una mala pisada

El dolor al caminar puede no venir dado por rozaduras, sino por una mala pisada. Hay quién tiene propensión a que se le abra el pie cuando usa tacones o cuando calza unos zapatos especialmente fuertes. Los tacones causan también problemas en la zona de apoyo de los dedos y los metatarsos.
Incluso algunos zapatos planos acaban resultando muy duros cuando se llevan puestos muchas horas, causando dolor de pies y, consecuentemente, de piernas y de espalda. Y es que cuando los pies duelen lo normal es que sin darnos cuenta variemos nuestra postura y acabemos afectando a todo el cuerpo.

Hay solución para todo esto

En las sección de artículos de ortopedia infantil y deportiva así con en la sección de botiquín de las parafarmacias se pueden encontrar las mejores soluciones para todos estos problemas. En el caso de las rozaduras los modernos parches para ampollas son perfectos porque se ponen sobre cualquier herida y no solo ayudan a que cicatrice mejor, también amparan que se siga rozando.
Pero, además, hay todo tipo de protectores para colocar pegados al zapato y que amparan estas molestias. En el caso de las aletas, los sticks antirrozaduras son perfectos, ya que se aplican en la zona y crean una película protectora totalmente invisible que evita problemas.

Y para las malas pisadas, las plantillas acolchadas de gel que se adaptan a todo tipo de zapatos son ideales, ya que hacen que cualquier calzado sea mucho más cómodo, incluso los tacones. Con todas estas soluciones ya puedes caminar sin dolor.

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