A todos nos encanta estrenar zapatos o salir a pasear cuando hace
buen día. Pero un roce en la piel puede convertir un día
especial en un suplicio. Quienes son propensos a sufrir este tipo de
problemas saben lo mal que se puede llegar a pasar.
Y no ocurre solo
cuando se estrenan zapatos, los corredores saben muy bien lo que
cuesta cambiar las zapatillas. Si ves a alguno luciendo un
calzado deportivo que parece haber pasado décadas en los pies no lo
juzgues, a saber cuánto esfuerzo le habrá costado domar esas
zapatillas y la pereza tan grande que le dará tener que empezar de
nuevo con otras.
En el buceo y
otros deportes de mar las aletas pueden ser una verdadera
pesadilla. La goma dura muerde el pie incluso con escarpines y puede
causar todo tipo de heridas que, en contacto con el agua salada,
escuecen todavía más.
Una mala pisada
El dolor al
caminar puede no venir dado por rozaduras, sino por una mala
pisada. Hay quién tiene propensión a que se le abra el pie cuando
usa tacones o cuando calza unos zapatos especialmente fuertes.
Los tacones causan también problemas en la zona de apoyo de los
dedos y los metatarsos.
Incluso algunos
zapatos planos acaban resultando muy duros cuando se llevan
puestos muchas horas, causando dolor de pies y, consecuentemente, de
piernas y de espalda. Y es que cuando los pies duelen lo normal es
que sin darnos cuenta variemos nuestra postura y acabemos afectando a
todo el cuerpo.
Hay solución para todo esto
En las sección
de artículos de
ortopedia infantil y deportiva así
con en la sección de botiquín de las parafarmacias se pueden
encontrar las mejores soluciones para todos estos problemas. En el
caso de las rozaduras los modernos parches para ampollas son
perfectos porque se ponen sobre cualquier herida y no solo ayudan a
que cicatrice mejor, también amparan que se siga rozando.
Pero,
además, hay todo tipo de protectores para colocar pegados al zapato
y que amparan estas molestias. En el caso de las aletas, los sticks
antirrozaduras
son perfectos, ya que se aplican en la zona y crean una película
protectora totalmente invisible que evita problemas.
Y
para las malas pisadas, las plantillas
acolchadas
de gel que se adaptan a todo tipo de zapatos son ideales, ya que
hacen que cualquier calzado sea mucho más cómodo, incluso los
tacones. Con todas estas soluciones ya puedes caminar sin dolor.
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