Tener un hijo es
una de las experiencias más bonitas en la vida y esto debería de
ser así independientemente de si la persona con la que lo has
concebido continúa siendo tu pareja o no.
Lo ideal sería
que el bienestar del niño estuviera por encima de todo lo demás y
que se pudiera llegar a acuerdos de manera civilizada entre los
padres tanto para hacerse cargo de las responsabilidades que conlleva
un hijo como para disfrutar de los placeres que también trae
consigo.
Por desgracia,
esta situación ideal no siempre es posible y los acuerdos se hacen
complicados debiendo de recurrir a la justicia. Pero no son pocos los
que piensan que justicia y legalidad no siempre van de la mano y lo
que las leyes marcan dejan en total indefensión a uno de los
progenitores en un gran número de casos.
Si bien es cierto
que los padres suelen ser los mayores damnificados y que se suelen
tener más en cuenta los derechos de las madres, esto tampoco ocurre
en todos los casos y también son numerosos los casos de madres que
ven vulnerados sus derechos.
Cuándo una de
las dos partes se encuentra en desventaja y no puede ejercer sus
derechos y obligaciones como padre o madre de manera equitativa con
la otra parte, lo más recomendable es recurrir a una asociación
de divorciados en la que se puede encontrar todo aquello que
se necesita en estos casos:
- Asesoría
legal. Seguramente la principal razón por la que las personas se
acercan a este tipo de asociaciones. En muchos casos se sienten
totalmente indefensos, sin saber a quién recurrir o sin medios para
contratar a un abogado con sólida reputación en este tipo de casos.
- La fuerza de la
unión. En cualquier lucha es fundamental unirse para poder tener un
mayor peso y actuar con más fuerza. Una persona puede marcar la
diferencia, pero no es necesario tratar de ser un héroe individual
cuándo se defiende una causa en la que hay muchos afectados.
Juntos, las
posibilidades de éxito se incrementan y es más fácil hacerse
escuchar y presionar para cambiar las leyes injustas.
- La ayuda de
poder comunicarse con otras personas en situaciones similares. En
definitiva, el contacto humano y la ayuda psicológica, tan
importante en momentos en los que se pasa por una situación tan
difícil como la de ver vulnerada la posibilidad de ejercer tu
paternidad o maternidad o ver injustamente recortados tus derechos.
Hablar con
personas que pasan por situaciones similares ayuda no solo a
desahogarse y sentirse más comprendidos, también a encontrar entre
todos un camino más efectivo para lograr las metas.
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